Una gran oportunidad para Venezuela “Vanadium (V)”.

«Venezuela lo tiene todo»

Que es el Vanadium?

El vanadium, vanadio (V) o Vanadita (número atómico 23, bautizado así, en honor a la diosa escandinava de la belleza), es un mineral metálico dúctil y blando, de escasa presencia o poco abundante, que posee propiedades únicas como su maleabilidad y ductilidad que lo hacen de gran valor en el mercado por su alta resistencia a la corrosión y a los múltiples usos en aleaciones como el ferrovanadio o aditivos de acero (más del 90% de uso), de las cuales se derivan la fabricación de instrumentos quirúrgicos y de cortes, piezas para motores de reacción, ejes de ruedas y cigüeñales, engranajes, y otros componentes usados en la industria automotriz. Así como en imanes superconductores, reactores nucleares, catalizadores y la industria farmacéutica.

Durante los años 1999-2018, la Universidad del Zulia y Servicios Mine 3 realizaron unos estudios se identificaron 13 áreas con un nivel crítico de metales en el sedimento superficial del Sistema Lago de Maracaibo, determinando las concentraciones y distribución de los metales pesados ubicados en el Estrecho, la Bahía El Tablazo y el Lago de Maracaibo.

Como característica especial se encuentra que su obtención puede estar determinada por:

·     Por asociación en distintos minerales, así como de petróleos extra pesados.

·     De la recuperación del óxido de vanadio (V) en polvos procedentes de procesos de combustión.

Un Mineral eclipsado

Justo cuando aduzco que, su mayor aplicación (en más del 90%), está determinada a la creación de aleaciones es porque presenta la característica especial que al combinarse con el hierro para la producción de ferrovanadio, éste es capaz de reducir el peso estructural de edificaciones o estructuras metálicas. En el caso de la industria de la construcción, incrementa su resistencia a la corrosión y al riesgo sísmico y en el caso de la industria automotriz, genera que el peso de los chasis sean ahorradores de energía. Sin embargo, surge la pregunta, del porqué no se ha incrementado su utilización, su causa pareciera estar determinada por el uso del Niobio (Nb) que lo ha desplazado de su utilización en estas industrias a nivel internacional. Ejemplo de ello, es que su producción más alta ha sido de apenas 95.000 Ton durante el año 2014, con una expectativa de incremento según Roskill para el año 2025 de 131.000 Ton (sin tomar en cuenta el incremento de su demanda por la producción de baterías y otros productos asociados a la industria química).

Una gran oportunidad para Venezuela

El ingeniero químico Ph.D, José Arnaldo Valero, fue el primer experto que alertó sobre la capacidad que posee Venezuela de suplir la demanda de vanadio a nivel mundial ya que, las formas de obtención de este mineral, es a través de la explotación de depósitos naturales o mediante la reducción de petróleo extra pesado. Esto representa para Venezuela una posibilidad infinita al poseer la mayor reserva de petróleo de este tipo y de poder convertirse en el primer productor mundial de este mineral, en un mediano plazo condicionando su oferta a nivel mundial, lo cual implicaría el desplazamiento de países como China.

Al ver las proyecciones negativas del uso de combustibles fósiles, motivado por la aplicación de tecnologías híbridas automotrices hasta su posible desplazamiento para la década del 2030, es hora de reflexionar en la construcción de una infraestructura industrial y comercial que garantice la adaptación del recurso petrolero en nuevos productos para el mercado internacional. Como dato importante en materia económica, los precios de este mineral y en particular del pentóxido, durante el primer trimestre del año 2018 (según Metal Bulletin Rotterdam), alcanzaron su mayor incremento en US$ 16/ Lb (lo cual representa un incremento de más de US$ 10 con respecto al año 2017), motivado al cierre de minas en Sudáfrica, las condiciones de rigidez en materia de suministro en el mercado de China y el incremento de la demanda de ferrovanadio y de nitruro de vanadio en las acerías a nivel mundial y especialmente en Norteamérica (según reportes de USGS).

Activando las Alarmas

Me llama profundamente la atención, cómo el anuncio por parte de un científico venezolano hace pocos años de que “Poseemos la reserva más grande sobre el Planeta de Vanadio” no tuvo impacto, quizá por el viejo adagio de que nadie es profeta en su tierra. Mientras tanto, un mineral de gran valor comercial yace sobre los mecheros de la industria petrolera de Venezuela, bajo un estándar de desecho y con gran potencial de contaminación. Por ejemplo, a nivel internacional organismos como la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) han determinado un estándar máximo de exposición de 0.5 miligramos por metro cúbico (0.5 mg/m3) para polvo respirable de pentóxido de vanadio que no debe excederse durante la jornada diaria. También se ha establecido un límite de 0.1 mg/m3 para vapores de pentóxido de vanadio en el aire del trabajo. Ello motivado a sus efectos en la piel, en el sistema respiratorio y lo cual aún se encuentra en fase de comprobación en la activación de células cancerígenas.

Hace décadas notables como Uslar Pietri, nos alertaban sobre la necesidad de “sembrar el petróleo en Venezuela”, quizá esta sea una de las grandes posibilidades que poseemos a la vuelta de la esquina.