DIAGNÓSTICO OPERATIVO DE LOS MINERALES ESTRATÉGICOS TECNOLÓGICOS EN VENEZUELA

Situación actual: Social y Técnica

El área noroccidental del estado Bolívar y el área norte del estado Amazonas presentan condiciones geológicas para contener significativos volúmenes tanto de material pegmatítico primario como material aluvional secundario enriquecido con columbita, tantalita, casiterita, ilmenita y otros elemento importantes asociados como manganeso, tungsteno, litio, selenio etc. Es un área que desde mediados de la década de 1970 la denominan como zona potencial minera para minerales pesados, pero hasta la actualidad esa denominación de “zona potencial” continúa basándose en viejos estudios que, en su momento, dieron luces acerca de las interesantes acumulaciones de minerales pesados, pero no hubo continuidad en la investigación. Cuando tales estudios pioneros se ejecutaron, las bondades de estos minerales pesados todavía se desconocían, por ende, en aquel momento, tal vez, no era del todo interesante ni rentable realizar un programa de exploración geológica, minera y económica de detalle para evaluar su posible explotación.

Sin embargo, tales especies de minerales pesados ya presentaban interés en el mercado minero mundial. En la década de 1980 se reportó un peculiar caso con esos depósitos de minerales pesados: mineros trasnacionales recogían de los aluviones y eluviones cercanos a caño Colorado y Aguamena, coltan que se llevaban en avionetas al exterior, pero una de esas avionetas tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Caracas, La Carlota, donde se descubrió el fraude que se cometía al estado venezolano, robando y exportando ilegalmente el coltan, por cierto, con muy alto contenido de tantalio. Y si este hecho de hurto ocurría como acontecimientos puntuales, realizados por geólogos – mineros expertos que conocían la geología de la zona y las áreas con potentes acumulaciones de minerales pesados, hoy día la acción ilegal se ha masificado, con lo cual se lleva a cabo una compleja actividad fuera de la ley, donde la nación continúa perdiendo valiosos recursos. Sin embargo, es bueno acotar que el problema social que se ha tejido alrededor del municipio Cedeño con la minería ilegal, no presenta las graves y complicadísimas condiciones sociales que se manifiestan con la minería ilegal del oro, hacia la zona este del estado Bolívar. Por ende, en este aspecto, la situación es controlable con un marco jurídico que tenga aplicabilidad, y con una cuidadosa y severa protección de esa zona fronteriza con Colombia, en un marco de cooperación entre ambas naciones podrían compartirse dichas actividades de seguridad y resguardo militar fronterizo.

En cuanto a la situación técnica, como hemos dicho anteriormente, el tema de los minerales de columbita – tantalita en Venezuela todavía posee un gran margen especulativo, con lo cual se ignora la verdadera dimensión de la potencialidad con que cuenta la nación en el caso de estos recursos. En ese sentido, para comenzar a paliar esa situación, se recomienda realizar una campaña de adquisición aerogeofísica sobre el municipio Cedeño y parte del estado Amazonas, lo cual optimizaría muchísimo las siguientes etapas de exploración geológica, porque mediante el levantamiento geofísico aéreo, el Estado contaría con un conjunto de mapas donde se revelan zonas de anomalías en rocas y en depósitos de placeres modernos o antiguos, enriquecidos con minerales pesados. Con esto, sobre esas áreas anómalas se realizarían las campañas de exploración geológica, geoquímica, geofísica (terrestre, de detalle), sondeos exploratorios, detallamiento del recurso y los consiguientes estudios de factibilidad económico – minero para determinar qué porciones de los recursos identificados son económicamente explotables. De esta manera el Estado lograría conocer la exacta potencialidad de esa zona, discriminaría qué tipo de minería soporta el área: pequeña minería, mediana o gran minería. Determinaría la factibilidad de realizar procesos químicos en la recuperación del mineral para extraer óxidos de Nb y Ta y comercializarlos. Conocería qué tipo de tecnologías usar para optimizar el beneficio de esos minerales pesados en función de sus características y cantidad. Trazaría escenarios de comercialización, incluyendo ventas CIF y FOB a diversos destinos. Contribuiría con la actualización del inventario de recursos minerales que necesita con urgencia el país (si la nación no sabe qué recursos posee y en qué cantidad los posee, entonces es como si no los tuviera). Estas campañas exploratorias se realizarían paralelamente con una explotación temprana del recurso, de hecho, con la información que se tiene actualmente es posible establecer zonas puntuales para comenzar una explotación de pequeña a mediana minería sobre depósitos secundarios con una mínima inversión (maquinaria, laboratorio, planta para el procesamiento del material, servicios, etc), y si sobre esos prospectos ya conocidos se le sobrepone la información levantada con el vuelo aerogeofísico, se afrontaría con mayor seguridad la explotación temprana.

La grave situación que presenta el país obliga a afrontar de manera pragmática lo concerniente a las manifestaciones de columbita, tantalita, casiterita e ilmenita y 30 minerales más, por lo cual es inminente establecer planes de explotación temprana del recurso en áreas puntuales. Pero si a mediano plazo no se genera investigación ni campañas exploratorias, la misma fuerza de querer aportar al país desde la acción terminaría siendo un factor limitante para proyectar todo el potencial con que el país cuenta, la nación continuaría andando a ciegas.

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